Nuestro Propósito

Nuestro propósito es ni más ni menos, que se equilibre la balanza. Que la ley sea igual en los casos de violencia tanto para hombres como mujeres, ya que el Art. 14 de la Constitución Española no se aplica correctamente. 

Queremos hacer entender primeramente que el fenómeno de los hombres maltratadospor sus parejas -tanto física, como psicológicamente- no suele ser abordado por los medios de comunicación, es como si no existiera, y desde luego que existe, y probablemente muchísimo más de lo que la población cree. Otra cosa es que no salga a la luz debido a la vergüenza que sienten muchos hombres maltratados a hacerlo público. Por eso, cada vez que un hombre maltratado tiene la valentía de denunciarlo a la policía y, además, de hacerlo público, dando la cara, cada vez que eso sucede, estamos dando un paso de gigante en la lucha contra la violencia de género.

Hay que estar muy agradecido a hombres que se atreven a dar este paso, desafiando al machismo cultural que ningunea el problema, y también desafiando al feminismo radical, que directamente niega que tales hechos puedan suceder, lo cual es una negación de la evidencia. 

 El uso de ciertas aplicaciones en los teléfonos móviles, permiten a las féminas casadas tener auténticos harenes de hombres a su disposición, y además, les da una excelente cobertura para engañar a sus maridos con una facilidad extrema. Se podría decir que los hombres casados también tienen esa facilidad a su alcance, pero no es así, ya que al varón medio le cuesta un notable esfuerzo seducir a una mujer, mientras que la mujer media no tiene que seducir a nadie, simplemente se deja querer por quienes ella consideran oportuno. Allí donde un hombre puede tener una aventura extramatrimonial, una mujer puede tener treinta aventuras extramatrimoniales con una facilidad pasmosa. De modo que la situación queda completamente desequilibrada a favor de la mujer. Por otro lado, hay que considerar, también, que una mujer siempre esta segura de su maternidad mientras que un hombre no lo puede estar tanto de su paternidad, y teniendo en cuenta que el fraude de paternidad se da -según estudios oficiales- en un 30% de las ocasiones (aunque oficiosamente ese porcentaje puede ser muchísimo más alto), quizá sería necesario intruducir la obligación de la prueba del ADN por defecto cada vez que una mujer da a luz. Quizá en el contrato matrimonial debería figurar siempre esta cláusula.
No menos importante en todo este fenómeno es el hecho de que las mujeres divorciadas suelen quedarse con la casa familiar, con la custodia de los hijos, con el coche, y además reciben pensiones compensatorias en muchímos casos. Esto es una carga demasiado onerosa y ominosa para el hombre divorciado, hasta un punto que ya comienza a hacerse insoportable socialmente. Las mujeres rápidamente encuentran sustituto para el ex marido, al que introducen en la ex casa familiar y en el ex lecho conyugal, mientras que los hombres divorciados suelen tardar mucho en recuperarse emocionalmente, tardan aún más en encontrar una nueva pareja, y en una cantidad de casos altísima no consiguen recuperarse y caen en el alcoholismo, en la drogodepencia e incluso en el suicidio.
En tiempos no muy pretéritos se consideraba como muy "de machito", el hecho de que un hombre divorciado le pasara una pensión a su ex mujer, y si tenía varias ex mujeres y pasaba varias pensiones quedaba aún más de "machito". Esto podemos en verlo en películas como Con la muerte en los talones, de Hitchcock, en la que el protagonista, interpretado por Cary Grant, se jacta de sus divorcios y de las pensiones que les pasa a sus ex mujeres. Esto ya no puede ser así más. El varón no puede ya sentirse "muy hombre" por este hecho, y empieza a reconocerlo como un abuso.
Las cosas están cambiando. Y no se trata de retornar a los tiempos del patriarcado en los que el varón tenía todo el poder en el matrimonio y la mujer ninguno, sino de equilibrar un poco las cosas.